“Cuentos y Cachivaches” llena de magia la Biblioteca Municipal de Alhama de Granada

El pasado 29 de mayo, la Biblioteca Municipal de Alhama de Granada se convirtió en un pequeño escenario de imaginación y fantasía con la visita del alumnado de la Escuela Infantil “NIDO”. Las y los más peques disfrutaron de una mañana muy especial en compañía de Candela, “La Colorina”, una cuentacuentos nada convencional que desplegó todo su encanto y creatividad son su espectáculo “Cuentos y Cachivaches”.

Desde el primer momento, niñas y niños quedaron fascinados por la puesta en escena. Maletas, cajas misteriosas y banderines de colores se encargaron de transformar el espacio en un mundo de historias vivas, donde los libros no solo se leen, sino que se sienten y se escuchan. Candela, con su energía desbordante, hizo desfilar por la biblioteca a personajes tan entrañables como una oruga-mariposa, una bola de cristal misteriosa o un sapo que parecía haber perdido el rumbo. Historias cargadas de emoción, sorpresa y risas, que lograron mantener al público más exigente atento y entregado de principio a fin.

Pero ¿quién está detrás de este torbellino de colores y cuentos? Candela es en realidad Xesca Valero Vidal, artista polifacética y alma de Babolé Teatro. Con formación en Escenografía por la Escuela de Artes y Oficios de Granada, su carrera se ha enriquecido con una larga lista de cursos en disciplinas como el clown, los malabares, la danza, el teatro de títeres y la animación. Su experiencia abarca compañías como Teatrappo Man non Tropo, La Sal Teatro o Vagalume, y también ha colaborado con Payasos sin Fronteras, demostrando su compromiso social además de artístico.

Xesca, junto con Pedro Capdevila, fundó en 2008 su propia compañía, Babolé Teatro, desde donde han seguido creando espectáculos pensados para todo tipo de públicos, pero siempre con un sello muy personal: cercanía, ternura y una chispa de locura creativa que conquista a peques y grandes por igual.

La actividad “Cuentos y Cachivaches” no solo acercó la literatura a las y los más pequeños de forma divertida y original, sino que convirtió la biblioteca en un espacio de encuentro, juego y emoción. Una experiencia que, sin duda, deja huella y que demuestra que la cultura también se transmite y se vive desde la infancia, si se hace con pasión y cariño.