El pasado 23 de abril, y celebrando el Día del Libro, el IES Alhama organizó la presentación de este libro del autor ruteño que estuvo presente en la Sala de Usos Múltiples del centro, compartiendo con el alumnado de 2º de ESO y los grupos del Club de Lectura de Alhama y Zafarraya su experiencia como escritor y la creación de esta novela.
El acto fue conducido por Paloma García, profesora de Lengua, quién presentó al autor, dando unas breves pinceladas sobre su trayectoria profesional como escritor y sus inicios.
A continuación, Ruiz tomó la palabra para afirmar que no quería convertir en un soliloquio su intervención, sino más bien que el público asistente, que previamente habían tenido la ocasión de leer la novela, pudieron manifestar sus dudas, hacer preguntas, plantear cuestiones sobre la temática que aborda la novela, un libro de historias que transcurre durante la posguerra española en el contexto de un pequeño pueblo cordobés.
Sobre sus inicios en el mundo de la escritura, Ruiz recordó como fue a través de la Fundación Antonio Gala que encontró su verdadera vocación, y cómo, tan sólo un año después ganó el II Certamen Biblioteca Antonio Gala. En este sentido, Ruiz animó encarecidamente a todos aquellos alumnos que tuvieran inquietudes artísticas a que buscarán información sobre la fundación, una vez finalicen sus estudios, ya que se trata de una experiencia que no olvidarán.
Al término de este encuentro, el autor firmó ejemplares de su libro a aquellos que se acercaron y que también quisieron hablar con él para felicitarle por la novela e intercambiar impresiones sobre la misma.
Fue una mañana donde la cultura, el conocimiento, la lectura y los libros fueron los verdaderos protagonistas en esta celebración del Día del Libro.
SOBRE EL LIBRO
Alma de cántaro es también un libro de historias, un relato polifónico que recrea los años de posguerra en el contexto de un pequeño pueblo cordobés. Hay en estas páginas una voluntad de novelar el desamparo y la atmósfera asfixiante del franquismo, pero también de invocar el testimonio de aquellas mujeres que, como Piedad, fueron agentes silenciados de las penosas circunstancias que asolaron España tras el conflicto fratricida del 36. En este sentido, la novela es clara expresión de la sororidad durante la posguerra. La recreación de este particular microcosmos andaluz, por el que desfilan viudas enlutadas, señoritos, maestros, civiles con tricornio y miembros de la resistencia refugiados en la sierra, constituye un friso vívido de la realidad del franquismo rural, que nos permite asomarnos a la miseria moral de una época ominosa de la historia de España.