El pasado día 13 de octubre, el alumnado de sexto de Primaria del CEIP Cervantes participó en un taller de arqueología en la excavación que se estaba realizando en «la Puerta de la Mina» en Alhama de Granada.
Aquí os dejamos algunas de sus impresiones al respecto de la actividad:
Este día fuimos a una excavación situada en Alhama. Allí había muchas cosas, pero antes hablaré un poco de cómo llegamos ahí. Para empezar, salimos de la escuela y pusimos camino a los Tajos. A mí me tocó con mi amigo Gabriel y nos entretuvimos charlando.
Una vez allí, nos explicaron lo que íbamos a hacer y un poco sobre la historia de Alhama. Yo me sorprendí cuando dijeron que íbamos a cavar, porque pensaba que era como un tour.
Cuando íbamos a trabajar, se acabaron todos los picos, pero me dieron una pala y creo que era hasta mejor que un pico. El trabajo consistía en que los del pico picaban la parte más dura, los de la azada reunían la tierra, los de la pala la cogían y la echaban al carro y de ahí era echada por una especie de tobogán que conducía al contenedor. Pero si encontrábamos algo de valor lo poníamos en el muro.
Después de todo el trabajo nos comimos un buen bocadillo.
En definitiva, estuvo muy bien y yo le daría un once de diez.
Bruno Santander Romero.
Hoy, nada más entrar a la clase, soltamos nuestras cosas y nos fuimos a la excursión arqueológica. Estuvimos caminando durante un buen rato, porque hubo un momento en el que el maestro Nico no sabía por dónde teníamos que ir y tuvo que llamar por teléfono a la guía, Mª Jesús, mi prima. Cuando llegamos a la excavación, Mª Jesús nos explicó qué era lo que estaban desenterrando: una Coracha del siglo XVII, la cual se usaba antiguamente durante los asedios, para poder tener acceso al agua del río. Mientras excavaba me divertí mucho. Encontré, junto a Francisco, muchos trozos de ladrillos, cerámica y algunos huesos. ¡Me manché la ropa de polvo!
Cuando terminamos de excavar, comimos nuestros bocadillos y proseguimos la vuelta al colegio, pero el maestro Nico se dejó allí la sudadera y por suerte, nos quedamos esperándolo en el parque del Paseo del Cisne.
Nada más llegar al colegio, lo primero que hice fue lavarme con jabón las manos, ya que las tenía llenas de tierra. Después del recreo tuvimos Educación Física y fue el mejor día de todos, porque nos pusimos a calentar y acto seguido disputamos un partido de baloncesto épico ya que, no sólo tuvimos una gran deportividad, sino que incluso ganamos el partido y yo metí dos canastas he hice una gran cantidad de tapones, pases y también robé en varias ocasiones.
Para terminar, querría contar una cosa muy graciosa que nos pasó, y es que cuando los arqueólogos tiraban alguna roca a un gran contenedor metálico, se producía un gran eco y pensábamos que eran disparos de escopeta.
Alejandro Monteagudo Peña.
TEXTO y FOTO: CEIP Cervantes