Nélida Leal Rodríguez y Ana María García Moreno recibieron su galardón en la entrega de premios del LVIII Certamen Literario Ciudad de Alhama

El pasado 1 de julio el Salón de Actos del Excmo. Ayuntamiento de Alhama de Granada acogía de nuevo la ceremonia de entrega de premios del longevo Certamen Literario Ciudad de Alhama que llega ya a su edición número cincuenta y ocho.

El acto contó con la presencia en la mesa del Concejal de Cultura, Juan Calderón, Mari Paz García, bibliotecaria de la Biblioteca Municipal Inocente García Carrillo, Cristina Prieto, Vicedirectora del IES Alhama en representación del centro, además de las premiadas en la presente edición.

Abrió el turno de intervenciones, Juan Calderón quién, felicitó a cada a las premiadas y recordó que éste es un certamen con solera que con sus ya cincuenta y ocho ediciones sigue descubriendo nuevos talentos de la literatura. Tras agradecer después la presencia a los miembros del jurado, cedió la palabra a Mari Paz García, Bibliotecaria del municipio que, en calidad de secretaria del jurado, dio lectura del acta del certamen:

En la Ciudad de Alhama de Granada, siendo las 11 horas del día 14 de junio de 2022, se reúnen en el Ayuntamiento el Jurado Calificador del LVIII Certamen Literario “Ciudad de Alhama” convocado y organizado por la Biblioteca Municipal.

El Jurado compuesto por los siguientes Miembros:

PRESIDENTE: JUAN CALDERÓN RIVERA, CONCEJAL DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO DE ALHAMA DE GRANADA.

MIEMBROS:

SILVIA MORENO FERNÁNDEZ, Profesora de Educación Secundaria de Lengua Castellana y Literatura del IES Alhama.

MARIA DOLORES SÁEZ MARTÍNEZ, Profesora de Educación Secundaria de Lengua Castellana y Literatura del IES Alhama.

ANTONIA MUÑOZ ROMERO, Profesora de Educación Secundaria de Lengua Castellana y Literatura del IES Alhama.

Y MARI PAZ GARCÍA PRADOS, Bibliotecaria en calidad de Secretaria,

Tras larga deliberación deciden dar los siguientes premios:

PREMIO DE POESÍA

Autora: NÉLIDA LEAL RODRÍGUEZ.

Seudónimo: Reincidente.

Título: “Esa absurda Rosa”

Diploma de Honor y 500 Euros.

PREMIO TEMA ALHAMEÑO

Autora: ANA MARIA GARCÍA MORENO

Seudónimo: Tiza.

Título: “Cicatriz de piedra”

Diploma de Honor y 250 Euros.

Los premios Comarcal Juvenil y Comarcal de Género quedan desiertos.

Continuando con el protocolo establecido, se hizo entrega de los diplomas a los ganadores para a continuación dar lectura de los trabajos premiados por voz de sus propias autoras. La gaditana Nélida Leal, poeta autodidacta que ya ha obtenido varios premios en su incursión en este género literario, hizo lectura de su trabajo “Esa absurda rosa”, ganador del Premio de Poesía, un poema que alude directamente a la problemática de la llamada “España vaciada”, buscando el paralelismo entre una experiencia de desamor y los pueblos que se ven abocados al abandono.

En el caso de Ana María García, quiso dedicar la lectura de su trabajo “Cicatriz de piedra”, ganador del Premio Tema Alhameño, un poema donde se agolpan los recuerdos sobre Alhama y sus Tajos, a su hijo de unos meses de vida y a su abuela, lamentablemente fallecida unos días atrás.

Antes de dar por concluido el acto, Calderón cedió la palabra a la Vicedirectora del IES Alhama quien felicitó a las ganadoras e informó que, desde el centro se fomentará la creación literaria entre el alumnado y la participación en el concurso. De nuevo con la palabra, el Concejal de Cultura se dirigió igualmente a las premiadas para felicitarlas y emplazó al público presente a una edición más, la cincuenta y nueve, en la que sin duda no faltaran trabajos literarios de calidad y nuevos talentos que descubrir. A continuación, premiadas, jurado y público disfrutaron de un ágape ofrecido por el Ayuntamiento, en el que se pudieron intercambiar impresiones.

De este modo, se dio por concluida la entrega de estos premios que una vez más reconocen el talento literario de sus participantes.

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LOS TRABAJOS GANADORES EN EL LVIII CERTAMEN LITERARIO CIUDAD DE ALHAMA

Esa Absurda Rosa (Premio de Poesía) de Nélida Leal Rodríguez

El hombre que se le levanta Es aún más fuerte que el que no ha caído”

Viktor Frankl

Amanece despacio

sobre esa absurda rosa

que ha venido a nacer entre las ruinas.

I.

¿Lo ves, amor?

Si camino despacio y en silencio

por estas callejuelas polvorientas,

el viento juguetea con mi mente

y dibuja senderos bulliciosos

donde ir a poner, uno a uno, los ecos

olvidados de todo cuanto fuimos.

Y, así, este pueblo

callado, huido de sí mismo,

poblado apenas de fantasmas quietos

y de madrugadas, podría ser

también el reducto inhabitado

de mi cuerpo, mi huérfana piel

abandonada, mis ojos secos.

La vida vaciada quedó tras de nosotros,

encerrada tras postigos al sol de mil inviernos,

deshecha ya la huella del ruido y la alegría.

Tan solo queda, amor, esperar en el recodo

de un camino solitario, esperar la muerte o

el milagro que pueda redimirnos.

Solo nos queda el tiempo.

II.

Persiste el aire,

petrificado y frío sobre muebles viejos,

sobre paredes que ya no albergan

más que silencio, olvido y añoranza,

y, a lo lejos, nos miran puertas abiertas:

umbrales a la nada y al vacío,

franqueando la entrada a la tristeza.

Y persiste el hombre,

aquel que fui, aquel que abandonaste,

y que ahora es sombra inútil, contorno

apenas de huesos, piel y carne palpitante.

Yo mismo soy la plaza que agoniza, esa

farola apagada sin remedio, soy el banco

oxidado y torcido, la frágil acera rota.

La vida vaciada quedó tras de nosotros,

derrotada a los pies del infame progreso,

de la centelleante luz de la ciudad insomne,

de un mundo tentador, plagado de quimeras

que olvidaron a propósito su propio origen,

la fuerza vital que brotó de estas raíces,

de estas piedras.

III.

Y ahora, es esto

cuanto resta: el hombre en duelo que camina

sobre un desolado paisaje de ausencias,

pasos que resuenan ominosos sobre la tierra

que acogió centenares de ilusiones, mi voz,

hablándole al cielo que nos mira, campos secos,

maleza desbordada … y los recuerdos.

La vejez dormita,

languidece al ritmo de las horas mudas,

se eterniza entre los muros derruidos

de la escuela vacía, de callejones huérfanos

de aquella infantil y dichosa algarabía

donde el futuro cobija sus promesas,

ahora rotas por el éxodo maldito.

La vida vaciada quedó tras de nosotros,

el pueblo casi yermo, el hombre casi muerto,

viejos sentados que aguardan la última salida,

y un corazón convaleciente del fracaso.

La amargura, ansiosa de invadirnos, respira

con su aliento helado en la garganta;

nos llama.

IV.

Pero, escucha:

será un doble abandono perpetrado a medias,

porque no triunfará la soledad ni el desconsuelo:

porque aún me queda aliento en mi cuerpo exhausto,

y, en este desvalido pueblo de piedras moribundas

y quejosos ancianos, pervivirá, intacta,

la esperanza de un mañana diferente.

Y volveremos.

Convertidos en vendedores ambulantes

de ilusiones nuevas, sembraremos en la tierra

generosa la semilla de una oportunidad distinta.

Una vida de paz, de rural sosiego, de un silencio

tan capaz de vestirse de palabras como de ser,

desnudo, la caricia que aleje al desconcierto.

La vida vaciada quedó tras de nosotros,

pero sé que de nuevo sabremos invocarla.

ahuyentar el miedo, desbrozar con calma

el peso de tantas decepciones y dibujar

un territorio nuevo, el pulcro mapa donde

se puedan volver a construir certezas.

………………

Anochece despacio

sobre esa absurda rosa

que ha venido a nacer entre las ruinas.

Es la, vida que regresa.

Cicatriz de Piedra (Tema Alhameño) de Ana María García Moreno

Ojos de nobleza,

alma desdibujada,

mora y cristiana.

Callejuelas empedradas,

que recuerdan tus ancestros.

Pila de la carrera, allí,

inerte en el tiempo.

Las campanas de la torre

señorean con el viento,

susurrándole al oído

en un sordo pensamiento.

Río Marchan, que acaricia

los molinos a su paso.

Cuanta harina llevarías

en su día en tu regazo.

Tajos, cicatrices de una roca,

cuantas guerras has ganado,

y también cuantas derrotas.

Leyenda de aquel caballo,

que persiste en tu recuerdo.

Calle Llana, Calle El Agua y

la Plaza de los Presos.

Y en un baúl se guardó,

sin darle cuanta al pasado,

montones de trapos viejos

que en lebrero se sacaron.

Desde el corazón de la tierra,

tus aguas calientes manan,

las mismas que dan tu nombre,

tu nombre de Alhama.

Noches largas de verano,

aire puro de mi pueblo,

quién fuese otra vez niño

y descubrirte de nuevo.