En medio de un complicado contexto económico en el que día tras día se habla de la importancia de apoyar a autónomos y emprendedores para conseguir reactivar nuestra economía y generar empleo, muchos de nosotros fallamos en lo básico. Algo tan sencillo como realizar nuestras compras en el pequeño comercio es, para muchos de nosotros, una asignatura pendiente.
Si bien es cierto que el precio es un factor determinante (y más en los tiempos que corren) en la decisión de compra, es conveniente tener en cuenta otros factores que producen valor añadido y ser conscientes de los mitos y realidades que circulan en torno a los pequeños comercios y las grandes superficies.
Obviamente, un supermercado de barrio no puede competir en igualdad de condiciones frente a unos grandes almacenes y ofrecer (y publicitar) grandes descuentos en determinados productos, ya que su lógica comercial es completamente distinta, pero pueden aplicar diferentes estrategias para ser mucho más competitivos.
Además, comprar en un pequeño comercio ofrece, en muchos casos, una serie de ventajas impensables en unas grandes superficies, desde comodidad y cercanía, a un trato mucho más personalizado o la garantía de cierta “exclusividad” y “originalidad” en algunos sectores. Además de estar contribuyendo a la prosperidad económica de nuestro entorno próximo.
Por eso, en estas fiestas, recuerda: compra en tu comercio más cercano, compra en Alhama.